LIMPIEZA

COMO BLANQUEAR LA ROPA SUCIA CON ESTA SOLUCIÓN CASERA

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Todos tenemos que vestir de blanco de vez en cuando. Algunos tenemos un trabajo que hacer, otros tenemos hijos que van de uniforme al colegio y a otros simplemente nos gusta el color. Y como hay tejidos hechos de telas blancas, es necesario blanquear. Al fin y al cabo, muy pronto el blanco burbujeante es sustituido por un desagradable tono amarillento o grisáceo. En las tiendas no falta la lejía producida industrialmente.

Hay lejía de cloro, lejía de oxígeno y lejía de oxígeno para tejidos delicados. Sin embargo, la lejía de cloro no sólo adelgaza rápidamente las fibras de tus tejidos. No sólo no desaparece el amarilleamiento, sino que incluso puede empeorarlo. Y los que no contienen cloro son bastante caros. Por eso, las amas de casa ingeniosas han inventado desde hace tiempo una lejía basada en la sal más común. Pero más sobre eso a continuación.

La lejía sintética

La lejía con cloro adelgaza los tejidos naturales. Pero es prácticamente inofensivo para el tul resistente. Por eso se puede utilizar lejía para blanquear cortinas de tul. Todo el mundo está familiarizado con su penetrante olor. Tras su aparición en las estanterías de las tiendas, la composición de “Belize” permanece inalterada hasta nuestros días. El cloro, como llaman en el pueblo a “Belice”, es bastante eficaz en la lucha contra el tejido amarillo. Pero antes de usarlo conviene probar el producto en una zona poco visible.

Cómo utilizar correctamente la lejía

Con el fin de que la herramienta para traer el resultado deseado, no estropear la tela, es necesario seguir una serie de reglas:

  • Antes de lavar la ropa a máquina con lejía, hay que separar los colores de los blancos y nunca lavarlos juntos;
  • También hay que clasificar los blancos por tipo de tejido, ya que hay que elegir diferentes modos de lavado, tipos y cantidades de lejía para los distintos materiales;
  • Si la ropa adquiere un tono blanquecino por haberla lavado con prendas de color o por no haberla usado con cuidado, hay que lavarla por separado de la que ha perdido su blancura con el tiempo;
  • La lejía puede utilizarse en algodón, lino y tul;

Recapitulando: hay que elegir bien la lejía adecuada para que el trabajo salga bien.

Blanqueador casero

Si no encuentras una lejía adecuada en las estanterías de las tiendas o si te da pena la botella extra grande, si es sólo para una camisa, prueba a hacerla tú mismo. Para ello son adecuadas las herramientas que se pueden encontrar en cualquier hogar. Es cierto que hay que hacer una prueba en una zona poco visible y con lejía casera. La sal común de mesa puede ayudarte a devolver la blancura a tus cortinas de tul. Vierte agua tibia en un barreño y añade cristales de sal gorda.

Las proporciones son las siguientes: Vierte 1 litro de agua – 1 cucharada de sal. Cuando la sal se haya disuelto en el agua, añade un poco de polvo y vuelve a remover. Coloca las cortinas en un barreño. Si el tejido necesita un lavado a fondo, dejar el tul en la solución durante 3-4 horas, toda la noche – para recuperar la blancura. Después, lávelo a mano o a máquina para tejidos delicados. Añada sal al recipiente de los polvos antes de aclarar. Pero es más eficaz aclarar las cortinas a mano en agua con sal.

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